Según Vicente Nieves, editor del Economista, la tendencia en el mundo es usar menos dinero en efectivo. Los billetes están desapareciendo. Sin embargo, en América Latina la historia parece ser distinta.
Hace tres años, según Vanessa Arenas de Digital Bank LATAM (2020), prácticamente la mitad de los latinoamericanos no tenían cuenta bancaria y a pesar de que el mercado se ha desarrollado un poco con México, Colombia, Chile y Perú a la cabeza, sigue sin ser suficiente. ¿Por qué los latinoamericanos no usamos productos digitales bancarios?
Empecemos por el principio. Según la Real Academia Española (RAE), el efectivo es el dinero en forma de billetes y monedas usado para comprar bienes o servicios al instante. En otras palabras, es el dinero que llevas en el bolsillo y que puedes usar inmediatamente.
Tener dinero en el bolsillo, aunque suene normal, no es tan bueno como parece. La seguridad, la pérdida de valor, la inflación o el poco control son los focos del debate sobre si deberíamos o no utilizarlo.
No se sabe a ciencia cierta. Las encuestas dicen una cosa, pero la realidad muestra otra. De acuerdo con Francisco Llambí, el problema es que el efectivo fuera del sistema financiero es muy difícil de rastrear.
Por ende, es muy difícil saber el uso específico que le dan al dinero los latinoamericanos. Eso genera incertidumbre, especulación, informalidad, inflación y, lo más peligroso, delincuencia. Según Llambí, esto se soluciona con inclusión financiera.
La principal fuente de efectivo en México son las remesas. De hecho, México no es el único, la mayoría de países en la región dependen de este flujo de efectivo. Según los últimos datos publicados por el Banco Mundial (2019), Latinoamérica recauda casi el 2% de su PIB en solo remesas.Eso significa que hay bastante efectivo circulando en la economía.
En el 2021, según datos del diario El economista (2021), el 62% de los consumidores en América Latina afirmó haber reducido considerablemente su gasto en efectivo. Un dato importante teniendo en cuenta que dos años atrás, la ENIF dijo que el 95% de las compras en efectivo eran frecuentes y menores a $500 (Fortune, 2018). Esto cambió gracias a la pandemia. Sabiendo esto, y como dijimos antes, ese dinero en efectivo que sale del sistema financiero será imposible de rastrear.
Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo. Una vez que los empleados reciben su salario en la cuenta bancaria, los fondos son retirados para pagar facturas y gastos fijos. Luego, sin haberlo depositado nuevamente en el banco, el dinero en efectivo es gastado. Una vez gastado se le perderá el rastro.
La propia Interpol avisa sobre este problema. La mayoría de fondos con los que se financia el terrorismo vienen de fuentes no rastreables y negocios “normales”.
En la Convención Bancaria del 2019, el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, afirmó que la informalidad es una de las razones principales de la poca bancarización en la región. De hecho, solo el 55% de la población latinoamericana tiene cuentas bancarias, mientras que en Europa, la cifra es del 95%.
El reto más grande lo tiene la banca digital, especialmente en las áreas rurales. Debe haber más presencia bancaria y acceso a internet en estas áreas.
Una investigación de Comscore citada por Karina Velazquez en 2018, evidenció que solo el 25% de los usuarios de internet accede a la banca digital. Hoy, en pleno 2020 y luego de la pandemia, hay una aceleración de la banca digital en la región que no se detiene.
Aprovechar mejor el análisis de datos será un gran desafío. Entender a los clientes permitirá crear productos 100% enfocados.
Para Ivan Marchant, vicepresidente de Comscore, los millennials no conocen el mundo sin internet. Por esta razón se cree que serán ellos los que impulsarán el crecimiento digital y a las fintech.
Otro reto importante será la experiencia del usuario. Las plataformas digitales de los bancos son complejas y difíciles de entender. Eso hace que retener a los clientes sea un problema del día a día.
Una solución, afirma Llambí, es la educación financiera. Se trata de enseñarle a los clientes a sacar conclusiones con base en sus datos financieros.
En conclusión, la respuesta es sí, pero solo por ahora. Como decíamos en el título, el dinero en efectivo sigue siendo el rey.
Mastercard (2020), una de las empresas financieras más grandes del mundo, considera que Latinoamérica se está digitalizando a buen ritmo y con responsabilidad. Cada vez hay más personas con acceso a internet y al sistema bancario. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer.
El gran desafío es lograr que la banca sea asequible para toda la población a través de internet. Con o sin dinero en efectivo, es evidente que la banca tiende a ser más digital.
Si eres parte de una empresa financiera y ya te diste cuenta de esta tendencia, entonces esto te interesa. En Todo1 somos aceleradores digitales. Nuestro liderazgo y experiencia en América Latina pueden llevar a las instituciones financieras al siguiente nivel digital.