El open banking, también conocido como la “banca abierta”, es la práctica de intercambiar datos financieros de los clientes entre entidades. En los últimos años viene ganando terreno en la transformación digital de la banca, pues ofrece la posibilidad de que las empresas se compartan datos de los usuarios para ofrecerles productos y servicios personalizados.
Tan solo durante la pandemia, se incrementó un 60 % la apertura de cuentas de servicios financieros digitales en América Latina (Forbes, 2021). La banca digital crece a pasos agigantados y así, prácticas como el open banking son cada vez más comunes. A continuación, te contamos sus ventajas:
Engrosando sus bases de datos, las empresas pueden llegar a una mayor cantidad de clientes. En la actualidad, es más sencillo obtener información de los consumidores gracias a la creciente digitalización.
De esta forma, las entidades tienen la posibilidad de contactarlos y ofrecerles nuevos productos o servicios. Además, pueden brindarles opciones adicionales a sus actuales usuarios. De esta forma, aumentan las fuentes de ingresos de las entidades financieras.
Hoy en día, las empresas tienden a desarrollar soluciones a medida para los consumidores. Los productos y servicios personalizados son cada vez más valorados. La banca digital estudia la experiencia de usuario para mejorar su interacción con las plataformas virtuales y conocer su comportamiento financiero.
Gracias al open banking, las entidades financieras analizan los hábitos de consumo, ahorro e inversión de sus clientes. Así, pueden ofrecerles productos financieros acordes a su perfil. Por ejemplo, opciones de pago para su negocio, tarjetas de débito o crédito, fondos de inversión o distintos tipos de cuentas.
Los modelos de negocio tradicionales tienen costos mucho mayores que los basados en el mundo digital. En este sentido, la banca abierta resulta más competitiva que los bancos físicos, ya que:
Las apps financieras y los neobancos funcionan con teléfonos celulares, tabletas y computadoras con conexión a Internet. Esto explica qué es la banca móvil: el usuario accede a los servicios con su dispositivo desde cualquier lugar, la banca va con él y le brinda productos financieros accesibles.
Las entidades financieras cuentan con bases de datos informáticas. Esta información de los usuarios la procesan con un software especializado y la comparten gracias a Internet. No hace falta ir de oficina en oficina en distintas sucursales bancarias. Así se evitan muchos trámites burocráticos y se agilizan las operaciones.
Además, gracias al open banking pueden segmentar fácilmente a sus consumidores. Más adelante, les acercan propuestas y soluciones acordes con su perfil. No es lo mismo un cliente emprendedor que un estudiante o un trabajador en relación de dependencia.
Sin embargo, actualmente la banca abierta presenta dos grandes desafíos:
El FMI calcula que se produjeron más de 1500 ciberataques a bancos digitales tan solo en 2020 (Finanzas, 2021). Este es uno de los mayores retos de la banca personal y empresarial en Internet. Se estima que el sector es blanco de más del 20 % de los hackeos en línea. Esto es fuente de delitos diversos como, por ejemplo:
El uso de cualquier app requiere compartir datos sensibles, como nombre, teléfono y dirección de e-mail. En el caso de una aplicación financiera, también se debe introducir número de documento, clave de cuenta e incluso escanear el rostro o la huella digital.
Con estos datos en mano, un delincuente informático podría provocar un ciberataque. Así, el open banking debe reforzar la seguridad de sus canales de operación para prevenir estafas y llevar tranquilidad a sus usuarios. Esto, además, evitaría la propagación de los datos personales de los clientes sin su consentimiento.
Muchas veces, los bancos realizan publicidad en redes sociales para advertir a los usuarios sobre estos peligros. Alertan sobre la importancia de no compartir contraseñas ni abrir correos electrónicos sospechosos. Sin embargo, las empresas deben centrarse en proteger los datos personales de todos sus clientes.
El open banking es una modalidad de operación con grandes beneficios para las instituciones financieras y sus clientes. Conocer a fondo su funcionamiento y mejorar sus puntos débiles es necesario para promover cada vez más la bancarización.
Referencias Bibliográficas
Finanzas. (2021). Ciberseguridad. El gran desafío de la banca digital. https://www.finanzas.com/empresas/ciberseguridad-el-gran-desafio-de-la-banca-digital.html
Forbes. (2021). La banca digital acelera su consolidación en América Latina por covid-19. https://forbes.co/2021/10/21/economia-y-finanzas/la-banca-digital-acelera-su-consolidacion-en-america-latina-por-covid-19/